Creyendo engañada que Luis Ángel Martinez se había prometido en matrimonio con otra mujer, y convencida de que la había convertido en su amante secreta, Shontelle había dado por terminada su relación afirmando que para ella no había sido más que una interesante aventura.
Dos años después, Luis aún no se había casado, y era la única persona que podía sacar de Bolivia al grupo de turistas australianos que guiaba el hermano de Shontelle. A cambio de pasar una sola noche más con ella. Lo que no sabía Shontelle era si sería una noche de amor o… de venganza.