Rachel necesitaba un refugio para su hijo de seis años y para todos sus secretos. La suerte la había conducido a un remoto rancho, pero una ventisca la había dejado encerrada después con Lucas Callahan, un vaquero taciturno. Él no parecía muy contento con la presencia de Rachel y del pequeño Cody. Sin embargo, algo lo conmovió y les ofreció protección, incluso un matrimonio de conveniencia, para mantener alejados a sus perseguidores.
Rachel, sin elección y enamorada, se atrevió a soñar con que el hosco y generoso vaquero que la había acogido le entregara también su duro corazón...