La había hecho derretirse por dentro… antes de destrozarle el corazón.
La famosa organizadora de bodas Avery Scott no debería sorprenderse de que su último cliente fuese el príncipe de Zubran. Decidida a no hacer caso del encanto letal de Malik, hizo una lista de cosas que tenía que tener en cuenta:
1. No era la prometida de Malik y su relación tenía que ser estrictamente profesional.
2. La novia que le habían buscado a él podría haber huido, pero para los reyes de Zubran el deber siempre era lo primero.
3. Por muy lujosa que fuese la tienda de campaña beduina y por muy ardiente que fuese la pasión, el orgullo le prohibía el contacto que ella anhelaba.