Del otro lado del Riachuelo, Ramón Braceras es el que manda en Avellaneda (estamos en la Década Infame); con gauchadas y aprietes administra un poder que se refrenda regularmente por el fraude. Es el protagonista dominante de Fin de fiesta, aunque el papel principal le corresponde a su nieto y eventual sucesor Adolfo. En su educación política y sentimental –vive en la casa familiar con su hermano y sus primas– Adolfo conoce, ejerce y sufre la violencia en los arrabales, el campo, su habitación, el Congreso Nacional y observa el auge y la caída de una época.
Publicada en 1959, esta novela representa un giro hacia lo político en la narrativa de Beatriz Guido que se completaría con El incendio y las vísperas (1964) y Escándalos y soledades (1970).