La ubicuidad del fenómeno de la guerra en el mundo antiguo ha llevado a los historiadores a percibir el mundo griego clásico como un espacio anárquico de violencia desmedida y de falta de controles. A partir de una nueva lectura e interpretación de los testimonios documentales de la época, este trabajo se propone replantear la perspectiva de análisis tradicional, proyectando un examen jurídico del problema para sugerir que el mundo helénico de los siglos V y IV a. C. ya contaba con verdaderas reglas de derecho aplicables a los conflictos armados que muchas veces contrastaban con las prácticas denunciadas. Desde un análisis interdisciplinario que hace confluir la reflexión jurídica con los aportes de la filología, la historia, la religión y la antropología, la obra consigna que la presencia de ritualismos bélicos, la permanente justificación de las hostilidades y la existencia de un “derecho común” de las ciudades griegas –tal como se revelan en las fuentes– permiten pensar en un antecedente discursivo de la performance de los Estados modernos. Se sugiere así la presencia de una base consuetudinaria arcaica que podría servir de origen a algunas normas jurídicas actuales de derecho internacional en materia de ius ad bellum y ius in bello.
Al identificar las narrativas que se contraponen, desde la Guerra del Peloponeso hasta hoy, se trata de develar líneas de continuidad que dejan entrever la ambivalencia propia de todo recurso a la fuerza –y de toda referencia a su empleo– en el plano interestatal.