Unas fiestas de pueblo, tres chicos y dos chicas que se preguntan si la frase "juventud, divino tesoro" es una mierda o una soberana mierda. Llegar a los treinta es difícil. Sobre todo si quieres hacerlo sin traumas y con trabajo estable.
Estrés, ansiedad, depresión y miedo en unos tiempos que priman la falsedad y las cabezas gachas. Cinco idiotas sirven para demostrar que, a veces, lo mejor es volver al pueblo, a las raíces, para sacarle un dedo a la vida y coger el camino bueno, el difícil.
Aquí encontrarás más humor que reflexiones profundas, que te quede claro. Los veranos al pueblo es un viaje hacia la aceptación de lo que somos, con lo bueno y lo malo. También quiere ser una llamada a la cultura en estos días en los que los jóvenes vagamos anestesiados entre el next episode, el scroll down y el yugo de las redes.
Léelo, que te vas a reír.