Laura Greaves nos lleva por anécdotas únicas y entrañables, en las que ese amigo canino ha podido desplegar las habilidades, sin las cuales, los humanos habríamos fracasado en numerosas tareas.
Este es el tema central de la obra. Reconocer que más allá de su papel como compañero o incluso como un miembro más de la familia, el perro ha logrado convertirse en colaborador, en ocasiones fundamental, del trabajo del hombre.
Muchos perros son reconocidos mundialmente por las labores que desarrollan, como es el caso de Frida, la perra que ayuda a la Marina mexicana a rescatar personas. Sin embargo, aunque menos famosos, la autora también nos da a saber de algunos otros que al igual merecen un reconocimiento general.
Unos por su habilidad para localizar incendios, como Viking; otros por su sensibilidad para percibir las alteraciones físicas de algún enfermo, como Molly Polly, que cuida a dos gemelas y alerta sobre la subida de azúcar de una y la salud mental de la otra; otros por los cuidados y ayuda que proporcionan a personas con capacidades diferentes, como Charlie, que está alerta sobre las necesidades de un enfermo cuadrapléjico… y así se pueden enumerar las increíbles actividades que pueden llegar a realizar estas nobles criaturas.
Historias inolvidables, historias que emocionan y en las que podemos reconocer ese camarada al que le podríamos confiar, literalmente, nuestra vida.