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Quiero un hijo

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Quiero un hijo: "Aquel verano llovía poco (cosa rara en Gijón) y el calor regularmente se mantenía por encima de los veinte grados, lo que tampoco era frecuente. El termómetro situado en el Muro, ante la preciosa playa de San Lorenzo, a ciertas horas del día, incluso, cosa insólita, marcaba veinticinco grados, lo que hacía que los veraneantes (abundantes en el mes de agosto en la preciosa ciudad costera de Asturias) se pasaran el día entero en la playa, o en cualquier cala cercana de la costa, dado que en los alrededores de Gijón existen abundantes playitas bordeadas de acantilados en lugares de verdadero ensueño. Pero pese a todo esto y al calor que apretaba, Chana y Belén Vilar no se hallaban ni en la playa de San Lorenzo ni en La Ñora o la playa España, pongo por caso. Era sábado y ninguna de ambas hermanas trabajaba aquella tarde, por lo que se habían citado en la cafetería Auseva, ubicada en la plaza de Begoña, a las once en punto de la mañana."