La historia de las ruinas recientes de América Latina apenas comienza a ser escrita a partir del continente mismo, por quienes habitan el territorio y han vivido el fenómeno de nuestra irregular modernidad. Se escribe a través de la palabra, del cuerpo, de las imágenes. No es una historia estática sino en movimiento, como las ruinas mismas, que siempre están en un proceso de degradación material, convirtiéndose en una especie de segunda naturaleza, como muestran las intervenciones performáticas que reúnen cuerpo y materia, así como la poesía y la gráfica popular que escribe, raya y pinta nuestras ciudades a riesgo de dejar en eso la vida. En este sentido, este libro es, por su diversidad de lugares y épocas, su propuesta interdisciplinaria y transversal, y su realización participativa y colectiva, una gran contribución a esa historia repleta de incongruencias y paradojas que hace que nuestro continente sea tan singular e inaprehensible.