Aunque los datos y los personajes fundamentales de los que se parte son ciertos, lo que se cuenta es en gran parte ficción. Los hechos suceden desde aproximadamente 1917 hasta prácticamente la actualidad.
La novela recrea la vida en Madrid de una familia con un hijo y dos hijas que tiene que dejar atrás su vida en la capital, la familia y los recuerdos de una hija y un hijo muertos. Del barrio del Pacífico en el Madrid de la Segunda República se marchan a vivir a un pueblo aragonés. En 1934 la MZA, compañía de ferrocarriles donde trabaja el cabeza de familia como factor de circulación, lo destina a la estación de tren de Ariza.
El padre acaba siendo concejal del Ayuntamiento en 1936 y sufren la Guerra Civil.
La historia familiar se cierra con el destino de cada uno de los miembros que sobrevivieron a la guerra.
Lo contado queda englobado en las reflexiones de un narrador que se sitúa a distancias variables respecto a los hechos y a los personajes.