En una Ă©poca de desconfianza âe incluso desprecioâ por la clase polĂtica, la democracia directa se perfila nuevamente en el imaginario colectivo como el ideal del autogobierno: ÂżquiĂ©n sabe mejor que el individuo quĂ© es preferible para Ă©l? Si durante mucho tiempo el tamaño de las sociedades impidiĂł su realizaciĂłn, hoy la revoluciĂłn de la informaciĂłn parece haber convertido a la democracia directa de una aspiraciĂłn imposible a la aparente soluciĂłn mĂĄs efectiva para las crisis sociales y polĂticas de las naciones. A travĂ©s del anĂĄlisis histĂłrico, filosĂłfico y jurĂdico-comparado, el autor descarta la hipĂłtesis de una democracia directa, demasiado expuesta al riesgo de una "tiranĂa de la mayorĂa", optando por aquello que define como "el desafĂo de una democracia representativa".
Una apuesta que puede resultar exitosa si se respetan dos condiciones ineludibles: dar un valor positivo al pluralismo social y no considerarlo una amenaza, sino la herramienta idĂłnea para garantizar la libertad y la igualdad social.