Desde los años setenta del siglo pasado, el mundo desarrollado presentó la estrategia que permitirÃa salvar el planeta de la inminente destrucción a causa de la contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales. Pero los avances en materia ambiental han sido pocos y frecuentemente se nos informa sobre la urgencia de construir una relación equilibrada entre el hombre y su entorno. Mientras tanto, simultáneamente somos arrastrados por un modelo de crecimiento económico e impulsados por la fuerza coercitiva del mercado por su promoción del consumismo. Entonces, no aparenta ser tan claro el sentido de esta importante meta global: crecimiento y desarrollo parecen estar más lejos que cercanos de un posible equilibrio ambiental, entendiendo que vivimos en un planeta finito con recursos materialmente limitados. SerÃa bueno saber si existe un verdadero compromiso de paÃses ricos por revertir, por ejemplo, el avance del cambio climático, y si el desarrollo sustentable se está convirtiendo en un edulcolorante discursivo para tratar de alinear determinados intereses globales.