En esta pieza, donde se narran los últimos días de los escritores Eugenio Montejo y José "Pepe" Barroeta -sin amarillismo ni drama-, Alberto Hernández dibuja una época cuando el arte y la poesía devinieron protagonistas de la cultura del país. Así, la vívida ficcionalización de dos trascendentales poetas venezolanos de la segunda mitad del siglo XX gatilla un examen lírico sobre las proyecciones simbólicas, íntimas y colectivas que el texto poético acarrea en las rutinas de una sociedad. Para ello se vale de la flexible amplitud de la novela e incorpora pasajes reflexivos cercanos al ensayo, varios recuentos cronísticos, ciertas escenas que resplandecen con la tesitura de los perfiles biográficos y alguna entrevista. De igual manera, las herramientas narrativas le permiten recrear personajes modelados con base en hombres y mujeres que caminaron por el mundo. Escrita con plástica sabiduría, por acá desfila la gente de Sardio, El Techo de la Ballena, En Haa, La Pandilla de Lautréamont, Trópico Uno, Apocalipsis, y muchas otras figuras (incluso de hoy), pero siempre en torno de la obra y las vidas de Montejo y Barroeta, constelaciones de este bien tramado e inolvidable universo.