"Bien es sabido que los modelos de desarrollo rural implementados en Colombia por las instituciones polĂticas, los gobiernos y los gremios econĂłmicos no han hecho sostenibles los territorios rurales, ya que persisten la pobreza, el analfabetismo, el difĂcil acceso a la propiedad por parte de los campesinos sin tierra y, en general, los pretextos que han dado origen a todas las polĂticas rurales desde la "reforma agraria" hasta la fecha. Lo que poco se visibiliza es que, paradĂłjicamente, la marginalidad se ha convertido en una especie de caldo de cultivo de pensamientos autĂłnomos en los territorios rurales y que las comunidades indĂgenas, negras y mestizas vienen canalizando su trabajo en procesos sociales cada vez mĂĄs consolidados y en los que promueven un cambio civilizatorio, sustentadas en la vida como nuevo punto de partida epistemolĂłgico.
El territorio como poder y potencia reflexiona sobre la creaciĂłn colectiva de modos alternativos de vida en la regiĂłn del Sarare en Arauca, Colombia, entre 1991 y 2006. Muestra que los territorios rurales colombianos se configuran en el conflicto entre modelos dominantes y procesos de autodeterminaciĂłn, que la lucha por la superaciĂłn del conflicto moderno exige, ademĂĄs de activismo polĂtico, abrirse a las transformaciones personales y colectivas y comprender que las fronteras custodiadas por el poder no son el Ășnico territorio."