La autonomía universitaria es académica, científica, organizativa, financiera, contable para articular unas Universidades dotadas de personalidad jurídica con su propio ordenamiento constituido por los Estatutos y sus reglamentos y protocolos de actuación.
El Estatuto de la Universidad constituye la manifestación más importante de la autonomía universitaria, ya que se regula la propia organización y actividad y son objeto de deliberación por el claustro universitario formado por componentes de los diversos grupos que constituyen la comunidad universitaria, convirtiéndose en la fuente primaria de la autonomía normativa de cada Universidad.
En el presente trabajo se ha analizado el recorrido jurisprudencial y comparado de este instituto para determinar las posibilidades actuales de su interpretación. En nuestro caso, la autonomía universitaria seguramente se ha convertido en un mito, una adoración que ha permitido su concreción como un derecho fundamental, con un amplio contenido hipotético, pero con pocas concreciones, limitando su titularidad a un sujeto colectivo, la comunidad universitaria, sin recorrido para los integrantes de dicha comunidad, pero que sufren los posibles excesos teóricos de un reconocimiento constitucional sin un contenido preciso y específico.