La Era del Imperio y las fronteras de la civilización en América del Sur analiza, en trece capítulos originales, las formas que esta voraz transformación adoptó a lo largo y ancho de diferentes situaciones de frontera. Destacadas antropólogas e historiadores del continente se aproximan a los avances que los Estados sudamericanos y los capitales internacionales lanzaron sobre las llamadas fronteras de civilización, analizando en sus contextos globales conquistas y resistencias que se extendieron —y se extienden hasta hoy— desde las costas del Caribe hasta los canales al sur de Tierra del Fuego. Para hacerlo, trabajan con una amplia gama de documentos, que incluyen relatos de viajes e informes diplomáticos, leyes y cartografías, juicios, novelas y testimonios de indígenas, migrantes y funcionarios. Con ellos, y por medio suyo, redescubrimos la América que somos.
Entonces todo lo sólido se disolvió en el aire y todo lo sagrado fue profanado, anunciaron los autores de un célebre panfleto de mediados del siglo xix. Jamás antes tantos pueblos tan distintos en tan apartados territorios del mundo entraron en tan rápido contacto como durante la Era del Imperio. Los vapores surcaron los mares y remontaron los ríos profundos, abismos y selvas fueron cruzados por ferrocarriles y nuevos caminos, y los rifles de repetición, las pestes y el telégrafo vencieron las resistencias que en las fronteras de la civilización opusieron naturalezas y culturas consideradas salvajes por un renovado colonialismo brutal, ya fuera imperial o republicano.