La dificultad que experimentamos al tratar de definir los lugares pĂșblicos propios de la cultura actual, se debe a nuestra incertidumbre sobre lo que es o debe ser la ciudad contemporĂĄnea. Es preciso por eso clarificar la nueva idea de ciudad que tenemos para avanzar hacia una idea del espacio pĂșblico. Repensar los posibles nuevos lugares pĂșblicos, significarĂa, definir un concepto de ciudad. Una ciudad en la que prevalecen los "no lugares" con propiedad se denominarĂa la "no ciudad". Ăsta es una clave importante para comprender el problema fundamental de la ciudad de hoy que ya no se concibe como forma arquitectĂłnica del espacio pĂșblico y tiende, cada vez en mayor medida, a la privatizaciĂłn del espacio pĂșblico. En esta direcciĂłn se orienta una reflexiĂłn sobre un tipo de proyecto necesario para restituir los valores del espacio pĂșblico en la forma urbana de nueva generaciĂłn, o en la transformaciĂłn de los espacios preexistentes. Los lugares pĂșblicos no obstante no son asunto exclusivo de la arquitectura y el proyecto. No hay lugar pĂșblico si no hay ciudad, si no hay ciudadanos, personas que circulan, se reĂșnen y se expresan libremente en un espacio que es de todos y sobre el que nadie puede reservar el derecho de admisiĂłn. La arquitectura sĂłlo puede ser intĂ©rprete de la realidad social; pero no hay duda de que el discurso sobre la arquitectura puede contribuir a configurar esta realidad social en uno u otro sentido.