Lo cotidiano de la vida en la dĂ©cada del cincuenta en Colombia estĂĄ marcado por la violencia. Jorge GaitĂĄn DurĂĄn, director de Mito, registra en 1950 en su "Diario de viaje": "Me dice un colombiano reciĂ©n llegado a ParĂs, que la represiĂłn ha tomado en mi patria proporciones inimaginables: los muertos pasan de cincuenta mil, en su inmensa mayorĂa campesinos" (362). En sus cartas desde Asia, ParĂs, Varsovia, etc., GaitĂĄn DurĂĄn manifiesta una y otra vez su preocupaciĂłn por la situaciĂłn del paĂs, por la elecciĂłn de Laureano GĂłmez, el 7 de agosto de 19501. Sin embargo, la violencia no era la Ășnica razĂłn que retenĂa a este joven en el exterior, tambiĂ©n el ambiente mediocre, del cual se quejaba incesantemente. Este es justamente el espĂritu que reĂșne al grupo Mito alrededor de la revista, creada en abril de 1955. Su objetivo no era otro que reunir a un grupo de intelectuales (escritores, traductores, historiadores, filĂłsofos) que se situara por fuera del Frente Nacional polĂtico y que permitiera un libre intercambio ideolĂłgico y creativo mĂĄs allĂĄ de posiciones dualistas. Armando Romero lo sintetiza muy bien: "[âŠ] esta actitud de organizar, de tratar de dar una orientaciĂłn de pensamiento al paĂs para sacarlo del desbarajuste en el que estaba, serĂĄ el objetivo de la obra de Jorge GaitĂĄn DurĂĄn, quien animara desde Mito la bĂșsqueda de un nuevo orden como producto del cambio cultural y social" (1985: 116). Un nuevo orden cuya caracterĂstica principal es el librepensamiento: escuchar a los otros, opinar libremente, proponer distintas posturas estĂ©ticas y polĂticas, salir del provincianismo.