En 1871, en tierras del Estado Soberano del Tolima (Colombia) se abre un expediente judicial por el crimen de José María Cadavid. En el sumario aparece un extenso y sorprendente documento escrito en la cárcel por el propio acusado, que se titula Apología de Francisco Antonio Marulanda.
El homicidio tuvo su origen en el enfrentamiento que se había dado entre ambos por la propiedad de ciertos baldíos. A partir de este expediente, el propósito unificador que atraviesa Un calavera excepcional en tierra baldía es el deseo de comprender la ubicación de un "letrado popular" vinculado al pensamiento católico por la vertiente de un cristianismo igualitario, en un ambiente rural y en la cotidianidad de la vida material en la que se desenvolvió el fenómeno de la colonización.