Percibo a diario que el miedo a morir impide cerrar la vida desde la libertad. No es fácil dejar morir a alguien a quien amamos. Sin embargo, no es la conciencia de su muerte lo que nos separa de ellos. Desde un sentido real la persona está tan viva en el momento de su muerte como lo estuvo en su nacimiento.
El miedo y los apegos son los que nos separan. Esta es, precisamente, la intención de esta obra: contribuir a deshacer el tabú sobre la muerte, algo fundamental para vivir intensamente hasta el último momento.