La imaginativa humana nos conduce a través de mundos que descansan en lo más profundo de nuestros temores y obsesiones. Estos fragmentos de nuestra mente que se mantienen ocultos para no despertar la locura de vivir situaciones que sabe que no podríamos manejar.
Pero qué sucede cuando esos secretos se reflejan en una obra y nos despiertan desolados bajo la única certeza de nuestra muerte y inundándonos de un conocimiento acelerado acerca de una derrota tácita de la cordura. Estamos atados a mantenernos fuera de esa posibilidad, esa es la manera en la que elegimos vivir, "Sueños envejecidos" nos muestra lo que podría ocurrir cuando una partícula desequilibra el mundo emocional de un ser y lo lleva a situaciones tan violentamente inexactas como fantásticas. Donde muchas veces la frialdad de la vida está justificada por la misma frugalidad que la despierta. Esta es una obra que no está destinada a prevalecer, más bien a perderse en el abismo de una pena olvidada, de una desgarradura, una lágrima o simplemente un sueño que no tuvo más remedio que envejecer, agonizar y morir.