¿Cuántas lenguas fueron registradas a lo largo de la historia de
la humanidad? ¿Cuántos colores distintos nombran esas lenguas?
¿Cuántos tiempos verbales utilizan? ¿Tienen un alfabeto? ¿Cuántas
son lenguas vivas hoy?
Luis Sagasti compone un libro inclasificable e hipnótico en
el que relata historias mínimas, de esas que dejan su huella en el
tiempo, como las canciones que al atardecer entonaban los soldados
de ambos bandos en las trincheras de la Primera Guerra, o las
biografías de ignotos colaboradores en la producción de enciclopedias
y diccionarios, o los registros de los últimos hablantes de una
lengua, o la correspondencia frenética entre traductores que juegan
a traducir un cuento del inglés al español y de nuevo al inglés y otra
vez al español y así hasta, casi, el infinito.
Muchas veces son historias sobre objetos conocidos, pero
descriptos desde una perspectiva diferente, como un cuadro de
Matisse, una entrada de diario de Agota Kristof, una melodía de
Nick Drake; otras, son escenas privadas, como el recuerdo de la caligrafía
de la infancia, un lenguaje inventado y secreto o el intento
por recuperar el sonido de la voz de alguien que ya no está, pero a
quien seguimos escuchando.