Iceldia avanza hacia la frontera. En Ygardem se reúnen las fuerzas del ejército iceldiano, desplegando una avanzadilla hacia
Zakhardum, la primera ciudad del desierto. Allí, hace ochocientos años, los esclavos de Iceldia se rebelaron contra el reino, formando su propio gobierno. Hoy, Iceldia necesita el regreso de esas tierras.
Mientras tanto, en el corazón del desierto rojo, la tensión crece de forma alarmante. Sectarios intentan hacerse con el control de Dorhian, mientras que las disputas internas amenazan con desatar una guerra civil en la ciudad ancestral.
Al otro lado de las montañas, en los fiordos, el eco del conflicto logra suscitar la ambición de los lideres locales, quienes, cansados de siglos de tradición, están a punto de organizar una revolución que podría cambiar el escenario político de Fohilmir.
En medio de toda esta tormenta de ambiciones e intereses, los emisarios del desierto intentarán formar las alianzas que sean necesarias para asegurar la continuidad de su estirpe, aunque para ello tengan que traicionar a quienes representan. En silencio, los poderes que se creían extintos, y que formaron el mundo están a punto de despertar sedientos. El inicio de una campaña de muerte y destrucción ha comenzado, y las arenas sangrientas
serán su testigo.