La crónica debilidad del movimiento sindical en Chile ha sido explicada esencialmente por la desregulación laboral impuesta por la dictadura de Pinochet y por la subordinación de los sindicatos frente a los partidos políticos. En este libro, Pérez Ahumada introduce una perspectiva crucial e innovadora: el poder de clase. Estudia meticulosamente cómo la fuerza de los actores sociales, especialmente del empresariado, canalizada por su "poder asociativo", cobra un carácter decisivo para explicar la ausencia de reformas pro-sindicales, incluso en momentos en que las condiciones políticas eran inmejorables, como en el gobierno de la Nueva Mayoría. En el camino, muestra cómo la reproducción del poder de clase tiene una lógica propia y presente, que va mucho más allá de los legados institucionales de la dictadura. Un libro clave para entender no solo el caso de Chile, sino también cómo se juegan las relaciones de poder en las economías políticas contemporáneas.