Estudia el protagonismo de Cuba a partir de su revolución (1959) en la poesía latinoamericana de los largos sesenta globales. Expone cómo durante el tiempo de promesa revolucionaria, la poesía redistribuye el imaginario guiado por los motivos del poeta-guerrillero y del horizonte mesiánico desde la perspectiva del feminismo descolonial, las reivindicaciones raciales y étnicas, y el reconocimiento de la impronta distópica que la Guerra Fría produjo. Se demuestra cómo el imaginario utópico-poético de la revolución puede leerse a través de una teoría del anacronismo del tiempo revolucionario.
Lejos del sentido de anacronismo como inoperancia de elementos del pasado en el presente, se plantea el anacronismo temporal como la asimetría de tiempos en la que se devela la diversidad de acepciones de la esperanza revolucionaria. En consideración de la obra de Nancy Morejón, Nicolás Guillén, Ernesto Cardenal, Gioconda Belli, José María Arguedas, Heberto Padilla, Reinaldo Arenas, Rodolfo Hinostroza, Cecilia Vicuña y Nicanor Parra, entre otros, se estudia el principio de anacronismo estratégico: una selectiva incorporación de motivos precolombinos, coloniales y decimonónicos para crear un efecto de larga duración de la revolución; y el principio de anacronismo crítico: una estrategia que indica el desencuentro entre la virtualidad de la promesa y la crisis del presente distópico.