Era Dostoievski quien decía: Si no nos salvamos todos, de qué sirve que se salven algunos. La memoria literaria reacciona entonces ante esos muros de amnesia y olvido levantados en nuestras sociedades modernas. Y lo que podría concluirse es que el escritor intenta, a través de la escritura y con la dosis de fracaso que esta labor recordatoria implica, establecer un acto de liberación personal y, por ende, colectiva.
De: "Los dones del exilio"