La fortuna no es para quién la busca, sino para quién la encuentra
Al principio de los años 70 un joven de dieciséis años, mal estudiante, decide dejar los estudios y empezar una vida laboral. Por contactos de su padre consigue una plaza como botones en una entidad bancaria, pero esta actividad no le llena plenamente por lo que inicia, en su tiempo libre, otras actividades comerciales, algunas pioneras en la época, que le dan unos resultados económicos muy favorables, lo que le facilita poder realizar inversiones inmobiliarias muy rentables e ir ampliando su patrimonio paulatinamente. La fortuna le sonríe en todos los negocios que emprende así como en su relación con las mujeres. El solucionar un importante impagado de un crédito del banco lo catapulta a la élite directiva del banco. Los escarceos amorosos y sensuales con diferentes mujeres se terminan cuando encuentra a la que será el amor de su vida y la madre de sus hijos y, por fin, puede disfrutar de lo que más le gusta en la vida: las relaciones con sus amigos y la caza.