El anillo era bastante real, pero... ¿lo era su compromiso?
Darcy Malone no podía creer que hubiera dejado que el sensual magnate Trey Kent la convenciera para hacerse pasar por su prometida en una importante campaña publicitaria. A cambio, él la ayudaría a poner en marcha su propio negocio. Trey quería que Darcy se comportara como una novia enamorada a todas horas... al menos hasta que acabara la promoción.
Darcy era una buena empresaria que sabía que no debía mezclar los negocios con el placer. El problema era que con cada beso fingido, la seguridad de Darcy flaqueaba más y más...