Tras tres años casados, las reglas que habían acordado iban a cambiar...
Christos seguía siendo un enigma para Lana tras tres años casados. Claro que tampoco eran una pareja al uso. Ella le había propuesto un matrimonio de conveniencia del que los dos podrían beneficiarse tanto en lo profesional como en lo personal: Lana quería que los hombres dejasen de acosarla, y Christos que las mujeres dejasen de intentar forzarlo a que se comprometiese.
Los problemas vinieron cuando a Lana le diagnosticaron una menopausia prematura y descubrió que no le quedaba mucho tiempo si quería tener hijos. Y eso la hizo decidirse a pedirle a Christos lo que este jamás se habría esperado: que le diera un bebé.
Ateniéndose a las reglas que habían establecido antes de casarse, había luchado contra la atracción que sentía por ella, y aquella petición amenazaba con sacudir los cimientos de su acuerdo, pero... ¿cómo podría negarse?