Su madre quiso que estudiara música. Pero él prefirió escucharla. Luego, se hizo periodista. Todo es rock and roll. Al fin y al cabo, escribir un buen reportaje es como componer una buena canción. O tienes fuerza, ritmo, una melodía y cosas que decir, o eres ruido de fondo. Trabaja en el periódico El Correo. Nació en 1964. Barakaldo. No recuerda qué bolo fue el primero, pero sí sabe que sucedió en el patio de un colegio. También, que luego vio a The Clash, Motörhead, Mike Olfield y Pat Metheny. Su primera entrevista musical le condujo ante Monty Alexander. El pianista le estrechó la mano. Si la fantasía y el alma son físicas, deben de tener la forma de aquellos dedos. Como todo buen hijo de los años 60 y 70, procura conservar siempre en buen estado un ejemplar del Made in Japan, de Deep Purple. Colecciona versiones del Good Vibrations, de Beach Boys, cuanto material se reedita de la movida y casi todas las mañanas comienza el día con Brian Setzner & The Nashvillains o con Cyndi Lauper y Allen Toussaint en Memhpis. Le gustaría haber sido guitarrista de REO Speedwagon. Una noche, de regreso a casa, la Guardia Civil le paró en un control. El agente se sorprendió de que todos y cada uno del centenar de cedés que llevaba en el coche fueran originales. Y así sigue. De los políticos puede decir que son estrellas de rock adiestradas en un concurso de televisión.