Viaja en el tiempo y descubre los eventos que forjaron nuestra nación con esta obra magistralmente escrita ¡Una lectura que te dejará maravillado y deseando más!
Traducción del inglés por José Toribio Medina.
Recuerdos del pasado, de Vicente Pérez Rosales; Diario de mi residencia en Chile, de Maria Graham; Memorias de un emigrante, de Benedicto Chuaqui, entran, a mi parecer, en la categoría de obras narrativas escritas por personajes terciarios de la historia. Si tuviera que fijar solo una característica para definirlas, diría que el punto de vista de los autores está a la altura de los ciudadanos. Es decir, muy por debajo de la mirada de los grandes héroes patrios. A esta esfera de libros pertenece la obra que el lector tiene en sus manos, En aquel país: Aventuras de un tipógrafo yanqui en Chile (1811 – 1814), de Samuel Burr Johnston, traducida del inglés por el abogado, investigador e historiador chileno José Toribio Medina. Escrita en forma epistolar, esta crónica narra las peripecias del autor-narrador, quien llegó a Chile para instalar y manejar la primera imprenta del país, y donde vieron la luz la Aurora de Chile y El Monitor Araucano, documentos fundacionales de la prensa nacional.
En aquel país: Aventuras de un tipógrafo yanqui en Chile (1811-1814) es un libro trepidante, curioso y que, sin forzar los hechos, nos permite acercarnos al Chile que nacía como nación autónoma e independiente. Todavía era posible oler el hedor de los cañones ardientes y oír el choque de espadas y el ruido de los fusiles. Era un proyecto de sociedad que buscaba equilibrarse, pero trastabillaba más de lo conveniente. Las revueltas podían estallar en cualquier parte, y los hombres ejercían el poder con mano durísima y mucha sangre. El país había nacido y sus padres y madres intentaban mantenerlo con vida usando lo mejor posible las discretas herramientas que poseían. Y allí estaba nuestro autor, Samuel Burr Johnston, embarcado en sus propias correrías, testigo involuntario de aquellos días candentes y peligrosos que nos precedieron y nos constituyen hoy como sociedad.
Simón Soto