¿Podía atreverse a amar a aquel hombre?
Quizás el secuestro no fuera la mejor manera de que la rica heredera neoyorquina Tate Baxter superara sus miedos. Pero su vida entera se desarrollaba tras los cristales tintados de una limusina y estaba rodeada de ex agentes de la CIA que seguían trabajando armados. Estaba claro que tenía que tomar medidas drásticas. Sobre todo respecto a uno de esos empleados que conseguía hacerla arder de rabia… y de pasión. El chófer Michael Caulfield tenía una única misión, asegurarse de que Tate no corría ningún peligro. Pero cuando la secuestraron supo que sólo había una manera de salvarla y era conseguir que lo secuestraran también a él. Fue entonces cuando Tate se dio cuenta de que, además de su protector, Michael era la personificación de todas sus fantasías.