Las Bases positivas del liberalismo alcanzaron un relativo éxito. "Tuvo cierta boga en su tiempo y aún después", apuntó Ospina Vásquez (1955, 297). Espinosa las publicó en 1895 en la Imprenta de Torres Amaya, con un prólogo de Miguel Triana, y al año siguiente las volvió a sacar en las prensas de la Samper Matiz. En 1911, cuando ya había muerto, los talleres de la Gaceta Republicana, el diario de Enrique Olaya Herrera fundado en 1909, las pusieron de nuevo en circulación para consumo de estudiantes y entusiastas de las ideas liberales.