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Revolución y Calma

e-kirja


Porque al final recordaremos lo que nos ha hecho sentir.

Las taquicardias, las dudas.

La incertidumbre a doscientos latidos por minuto.

¡Las ganas!

Los abrazos que inundan el alma.

Los roces de manos, las miradas,

los besos que calan los huesos

y las despedidas, las que no pinchan, ni arañan.

Al resto, le correremos la cortina,

y bajando el telón

le apagaremos la luz.

Porque cada uno de estos versos te recuerda que la vida sigue, aún cuando cierras la puerta y recorres las afiladas aristas de tu alma ante el espejo.

La memoria es fragmentaria y por eso,

nos quedaremos con los recuerdos hechos canciones y seguiremos teniendo ganas de bailarle a la vida.