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Agua pequeña

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Estos relatos vienen desde la ternura. Aitana descubría el mundo y mi alegría era tanta que yo quería contar sus hazañas de niña acabadita de nacer: su primer paso, la primera sílaba, la primera canción. Ella crecía y yo con ella. Y es que los abuelos, los amigos, las mascotas, las pequeñas flores, todo existe para que la risa vuele.