Los catorce cuentos que componen Caprichos del clima se mueven, en muchas ocasiones, entre el pensamiento pausado que describe entornos cotidianos y el recuerdo no siempre feliz de sus personajes. No están exentos, además, de humor e ironÃa.
Seres humanos que se desnudan frente al lector, quien terminará entendiendo que aquello no es una exhibición, sino el comportamiento, a veces duro y adverso, de la vida. En las descripciones detalladas de los entornos —el dÃa espléndido, los colores sugerentes de una manzana, una obra de arte colgada en una pared— prevalece la poesÃa. Precisión y evocación certera.
Estos cuentos de Gabriel Alzate requieren la paciencia pausada y la mirada detallista del lector. Este debe reparar y solazarse en los detalles, que no están puestos ahà debido a lujos innecesarios, sino que son parte integrante de la narración. Como en Alice Munro, con quien encuentro particulares semejanzas. Ambos, Munro y Alzate, necesitan lectores lentos, acuciosos, dispuestos a ver más allá, como sale de paseo un buen caminante.
Luis Germán Sierra J.