Hay libros que, ya desde el tĂtulo comienzan a decirnos algo sobre su contenido. Ciudad Soledad es uno de ellos. Porque une a esas dos palabras en una misma respiraciĂłn, en un mismo aliento; formando un vĂnculo indisoluble.
El autor despliega rostros y voces que reflejan ausencias, nostalgias, extravĂos; en una ciudad que exhibe obscenamente sus intemperies y sus naufragios. Y lo hace con una poesĂa contundente pero no por eso desprovista de musicalidad, de cierta cadencia rioplatense nutrida por los recuerdos del ParanĂĄ.
Como todo buen libro de poemas, Ciudad Soledad no es reductible a un solo rasgo, a una sola cuerda, a una Ășnica enunciaciĂłn. Pero creo no equivocarme si afirmo que, entre otras cosas, su poesĂa nos interpela, invitĂĄndonos a preguntarnos: quĂ© pasa con la condiciĂłn humana cuando el "yo" se queda sin el "otro".
Flavio Nicolaevsky