ImĂĄgenes violentas, tiernas, de esfuerzo por sobrevivir y de privaciones se suceden en Contraluz. Pero tambiĂ©n gestos de solidaridad que alivian las penas y las necesidades mĂĄs desgarradoras. Precisamente, un duelo entre la vida y la muerte en barrios de gente humilde, como las villas miserias de la periferia de Buenos Aires, donde se concentra una humanidad de inmigrantes de dentro y fuera del paĂs de la pampa sin lĂmites y las infinitas cabezas de ganado. EstĂĄ la vendedora de billetes de loterĂa que persigue a sus clientes en los laberintos de villas miseria desconocidas para la mayorĂa; el vendedor de drogas al menudeo, que vende y consume al mismo tiempo; el entrenador de fĂștbol en silla de ruedas y todo un universo de santos con y sin aureola, cuya ayuda se suplica en las mĂĄs variadas circunstancias. Pero tambiĂ©n estĂĄ la ola de una solidaridad que alimenta y cuida a los mĂĄs vulnerables, a los mĂĄs expuestos a la muerte que ronda con una guadaña al hombro. Todo observado "desde adentro" con simpatĂa, elevado y expuesto a la luz para que se pueda ver la trama que esconde.