El actual momento de inminente decadencia civilizatoria exige de los seres humanos un poco de serenidad y paciencia para pensar su por-venir comĂșn, conscientes de su inmensa diversidad cultural y de sus discrepancias y conscientes de que su existir estĂĄ constituido en la naturaleza inconmensurable y trascendente. El pensar sereno que exige la crisis civilizatoria no puede sino ser un diĂĄlogo histĂłrico crĂtico entre distintas perspectivas humanas de comprensiĂłn de su devenir. Un diĂĄlogo entre distintas epistemologĂas que cuestionen la relaciĂłn cognitiva sujeto-objeto, la misma que encuentra su objetivaciĂłn primera en la relaciĂłn humano-naturaleza.