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Desde la magia de la incertidumbre : Elogio y arte

E-book


Durante el año 2000 invito a Susana Espinosa, especialista en EcologĂ­a AcĂșstica, a dar un mĂłdulo de la formaciĂłn que estĂĄbamos realizando en Francia a travĂ©s de la AsociaciĂłn Arbres de Vie. Experimentamos registrando sonidos de los espacios naturales alrededor del ChĂąteau de MalĂ©rargues, al sur de Francia, grabando y creando a partir de ellos. Afinamos los niveles perceptivos de nuestra inserciĂłn humana en esos espacios naturales, en lo sonoro, en nuestros desplazamientos y movimientos, en las situaciones de interrelaciĂłn con lo que nos rodeaba. ResultĂł una experiencia muy enriquecedora tanto para los participantes, como para la facilitadora. Años despuĂ©s, Susana me propone escribir un documento sobre nuestra formaciĂłn y sus principios, para una publicaciĂłn que ella estaba compilando para la Universidad Nacional de LanĂșs, Argentina. Cuando me puse a la tarea, intercambiando ideas con Kozana Lucca, nos encontramos pensando un camino emprendido desde varias dĂ©cadas atrĂĄs, que como todo lo que ya ha sido previamente digerido a travĂ©s de la experiencia directa, aparecĂ­a como una construcciĂłn y comunicaciĂłn no lineal, y donde nuestra propuesta se entrelazaba con las creaciones y ceremonias realizadas. Y la clara emergencia del protagonismo de la creaciĂłn cultural como semilla para los cambios societarios. Tal el caso de las "Esculturas ambientales" en cuya concepciĂłn incorporamos ya los principios de regeneraciĂłn, sostenimiento, e interrelaciĂłn propios de la convivencia entre un espacio ambiental y los movimientos humanos. El sentido de nuestra meta, apuntar esencialmente hacia un rumbo bio-cĂ©ntrico, representa, y es, entonces, un desafĂ­o inserto en la misma creaciĂłn. DesafĂ­o que lleva hacia ese punto crucial, incierto, buscado, donde descubrimos nuevos caminos
 Por eso en este libro transitamos hacia "... un salto existencial al caos...", indicando formas de insertarse en Ă©l, caminos para bajar a ese estado que nos da pavor. Aceptarlo, dejarse invadir por Ă©l para encontrar nuevas lĂ­neas de lo posible, es el desafĂ­o.