Las historias nacionales que surgieron a la sombra del desarrollo de los Estados nacionales recuperaron buena parte de sus pasados histĂłricos. Pero bien es cierto que lo hicieron a expensas de no pocas idealizaciones y desde luego con la finalidad Ășltima de otorgar a la historia de esas "naciones", emergentes polĂticamente en ese siglo xix y buena parte del XX, un protagonismo que en muchos casos se hizo exagerado. Las realidades polĂticas de los siglos XVI, XVII y XVIII, fueron muy diferentes de lo que hoy conocemos y que han sido, al menos hasta ahora, los Estados nacionales. Pues bien, en aras de una mayor fidelidad en la bĂșsqueda de la verdad histĂłrica, que no historiogrĂĄfica, nos propusimos hacer un cambio metodolĂłgico y sobre todo epistemolĂłgico. Fruto de este giro, es el enfoque que da nombre a nuestra nueva colecciĂłn de historia de aquellos siglos que nos proponemos recuperar. Ese nombre, no es otro que el de MUNDO IBĂRICO. Una realidad estructural que trascendĂa lo polĂtico y que fue determinante en las proyecciones culturales y civilizatorias que se produjeron desde el Viejo continente a los nuevos mundos que se incorporaban y que interactuarĂan con la civilizaciĂłn cristiano occidental.