Es imposible encasillar esta Casa Devastada. Tratado de urbanismo y arquitectura, poema extenso, orgánico, o novela límite sobre los cimientos de cualquier civilización, esta obra merodea por un problema capital: ¿Por qué la humanidad decide cambiar de territorio? ¿Por qué el individuo anhela el viaje? ¿Por qué insiste en fundar comunidades que se tornan urbes y luego megalópolis?
Más vital que la mayoría de los escritores jóvenes, la obra de Carlos Cociña antepone la experimentación como forma natural de escritura. Su impronta es evitar cualquier prejuicio y abordar múltiples materiales de construcción: literatura científica, versos cargados de lirismo o imágenes intraducibles por su rara belleza.
Esta Casa Devastada se devela como una morada en continua transformación, que reflexiona de forma alucinante y perturbadora porque el ser humano no puede quedarse quieto y porque: "Siempre alguien te ve, antes,/mucho antes,/antes que las cámaras".