En junio de 1973 la convivencia política y social era cada vez más difícil y compleja. En el Senado Académico de la Universidad, que funcionaba de manera pública y abierta, se discutieron formas en las que la Universidad podía intervenir y aportar en forma constructiva al debate nacional. Entre varias alternativas se acordó conformar una comisión que debía entrevistarse con personalidades nacionales representativas e influyentes, civiles y religiosas, y explorar soluciones posibles a la crisis.