Reinhard Friedmann estudia en este ensayo un fenĂłmeno que Ășltimamente, y que claramente se distingue en la polĂtica, ha tenido un gran apogeo: la prĂĄctica de captura de almas.
Seelenfang se refiere a esa patulea de falsos mesĂas, mercachifles, buenistas, vendedores de humo, spin doctors, cazafuturos, que venden a los incautos con gran habilidad verbal algĂșn tipo de producto, performance, fĂłrmula o ideologĂa que, sin mayor esfuerzo, les resolverĂa sus problemas o los harĂa prĂłsperos y felices.
Los SeelenfĂ€nger son verdaderos «artistas del engaño». Uno de los efectos de sus acciones es que estas culminan en una enorme decepciĂłn. Por lo tanto, en vez de apostar a un metarrelato unitario, excluyente de sociedad, deberĂamos abogar por un proyecto plural y polĂglota que entiende que nadie es dueño de la verdad.
Para Friedmann, el mejor antĂdoto en contra de los mercaderes de ilusiones es cultivar un «escepticismo sano» frente a las presuntas verdades, mitos y dogmas en circulaciĂłn. Si no queremos ser marioneta de nadie, debemos pensar por nosotros mismos, tener un juicio propio informado y reflexivo acerca de las cosas. El abordaje de la realidad policontextural exige el uso del multiperspectivismo, que reconoce la existencia de una multiplicidad de miradas, distinciones y marcos de referencias.