Transiciones no pretende ser un tratado sobre la obra de D. W. Winnicott, ni siquiera un libro de texto. Es apenas una invitación a transitar sus ideas de acuerdo a algunos itinerarios posibles.
Como esas guías de viaje que proponen al lector circuitos para recorrer a pie una ciudad, señalándole los puntos de interés, los que uno sabe que vale la pena conocer, dejando tiempos y espacios para que cada uno descubra y encuentre su propia ciudad, y pueda inventar su propio viaje.
Invitación a recorrer juntos las ideas de D. W. Winnicott, explorar, transitar, re-crear.
También, en un intento algo más ambicioso, el deseo de construirlo e integrarlo. No a partir de lo que podrían llamarse ejes de ideas, ni siquiera conceptos fundamentales; sino de una integración que como la del self del niño proviene de un sostén, abrazo, deseo de acoger y contener en sí las ideas, accediendo así a una comprensión global del clima intelectual del autor. Conocimiento empático por proximidad, identificación emocional, encuentro gozoso que nos permite aprehenderlo.
El estilo de D. W. Winnicott tiene características muy personales. Su método de transmitirnos sus ideas se basa en la integración de experiencias con las que sale al encuentro del otro, intentando encontrar resonancia en nuestras experiencias, intuiciones, conocimientos.
De este modo nos invita a acercarnos como personas totales. Por eso, cuando intentamos comprenderlo en forma puramente racional, nos irritan su ambigüedad, sus paradojas, y por momentos su abrumadora sencillez.
Arbitrariamente —porque no hay otro modo— he dividido mi relato en cuatro partes que corresponden a diferentes perspectivas teóricas siempre en busca de un mismo objetivo: encontrar sentido a la clínica, comprender el padecimiento de cada uno.