Uno de los rasgos institucionales que caracterizan y dan, a través del tiempo, mayor vigor y vida a la organización académica universitaria es, sin lugar a dudas, el conjunto de procedimientos y rituales que hacen efectivo el ingreso y permanencia del activo más valioso con que cuentan las universidades: su personal académico. Las reglas establecidas para el caso, contenidas en el Estatuto del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, fijan y conducen mediante una serie de disposiciones y requisitos el acceso a la obtención de un nombramiento de carácter definitivo para quienes, una vez emprendida su trayectoria de formación académica, han decidido y demostrado la vocación de abrazar la digna carrera de profesor-investigador, habiendo además, en casos como los que nos ocupan, tenido el mérito de acceder por derecho propio a esta posibilidad.
El hecho de contar con reglas de acceso y ajustarse a la aplicación de las mismas noes asunto desdeñable ya que, una vez transitada exitosamente dicha vía de ingreso mediante un riguroso Concurso de Oposición, quien logra alcanzar el estatus permanente en la institución, es receptor de las credenciales que acredita sus aber en determinadas especialidades, reafirmando de manera pública ante jurados calificadores sus habilidades, conocimientos y exposición de los mismos, así como el manejo de los diversos recursos didácticos adquiridos en el ejercicio docente.
De otra manera, el personal académico de nuestra Universidad, que habiendo seguido una trayectoria formativa en la misma, ya como Ayudante de Investigación, ya como Profesor de Asignatura, o bien como Profesor Sustituto, ingresa por esta vía a una posición fija que le significa estabilidad laboral, así como las seguridades asimiladas a los diversos componentes del ingreso económico y de previsión social, que la organización tiene previsto para ello, ya que por obligación contractual como por obvia necesidad de poner disposición de la sociedad los servicios educativos que normalmente debe prestar y le dan razón de ser.
Esta breve reflexión me parece necesaria para hacernos recordar a los universitarios y a los observadores externos interesados (ciudadanos, contribuyentes, padres de familia, gobiernos) que la vida académica, además de requerir como cualquier otra profesión capacidades, aptitudes, actitudes, competencias y calidades para ejercerla, tiene en los Concursos de Oposición el recurso que otorga la certificación de calidad humana, técnica y profesional para aquellos que alcanza el significativo nombramiento de Profesor Definitivo.
En las próximas páginas el lector encontrará los ensayos que fueron presentados y defendidos durante el Concurso de Oposición de la Convocatoria L, por Luis Alberto González Sotomayor y Homero Avilés en exámenes celebrados del 25 al 28 de octubre del año 2011; y, la Convocatoria LI, en la cual participaron Carolina González González, Rubén Olachea Pérez y Francisco Javier Lozoya del Pino, los días 28, 29 y 30 de mayo de 2012.