Esta obra ofrece una lectura de la epistemología de Donald
Davidson que lo sitúa en un tipo de realismo epistemológico.
Se trata de un realismo que se sustrae a las críticas
tradicionales debido a la concepción no representacionalista
de la mente, el lenguaje y el conocimiento que Davidson
incorporó a la teoría de la interpretación radical. Este
análisis muestra que el pensamiento humano, a pesar de ser
esencialmente interpretativo, puede acceder al conocimiento
del mundo exterior. El autor sugiere que se trata de un
"realismo interpretativo" en el que conocer e interpretar
no son acciones incongruentes. En esta forma de realismo
no representacionalista se articulan aspectos centrales
de la obra de Davidson: la crítica a la noción de esquema
conceptual, el naturalismo epistemológico, el coherentismo
y el importante giro filosófico que supone la explicación
del conocimiento en los contextos de triangulación.
Así, aunque este libro enfrenta la tarea de presentar la
epistemología davidsoniana de manera que sea comprensible
para un lector que apenas se aproxima a la obra de Davidson,
el tratamiento del tema no es meramente descriptivo. En las
cuatro partes que lo componen, el autor arriesga su propio
análisis y con ello abre las puertas para que un lector crítico
e informado pueda entablar sus propias discusiones.