En la cooperación internacional, el surgimiento y desarrollo del concepto sur como algo necesariamente diferente al norte se ha traducido en la elaboración de nuevos esquemas de cooperación Sur-Sur. La necesidad para los países en desarrollo de cooperar entre ellos mismos y de confiar en sus propias capacidades para afrontar sus objetivos y necesidades nacionales, se ha venido imponiendo, y ello constituye uno de los principales cambios en los propósitos y recursos de la cooperación internacional, así como en el papel de los actores involucrados. Esta tendencia en la cooperación internacional fue recogida en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (1978), dio origen al Plan de Acción de Buenos Aires (PABA), que presenta unos lineamientos básicos para promover la cooperación Sur-Sur. Sus recomendaciones en el ámbito nacional, regional, interregional y mundial, están dirigidas a estimular las capacidades propias de los países en vías de desarrollo, a través de la cooperación Sur-Sur, y a proveer medios que permitan aprovechar las ventajas existentes para la cooperación horizontal entre países y regiones que hasta entonces habían estado predominantemente limitados a la cooperación vertical.