Dios, al crearnos, ha querido que seamos felices. Pero, Âżlo somos de verdad? Muchos disponen de casi todo, pero se sienten desgraciados. Otros pasan necesidad, y parecen felices. El secreto de una vida mĂĄs feliz no estĂĄ en disponer de mĂĄs cosas, sino en usarlas con temple y dominio.
Tenemos como modelo a JesĂşs de Nazaret. De su libertad de espĂritu y de su grandeza de corazĂłn aprenderemos a valorar mĂĄs el ser que el tener. Viviendo como Ăl, sin antojos y sin crearnos necesidades, seremos mĂĄs libres y tambiĂŠn mĂĄs felices. ÂżCabe mayor placer?