Se ha hecho la noche, todo es quietud y silencio a mi alrededor, nada queda por decir. He abierto una puerta y la he dejado entornada para que miraras y entraras, para descubrir algo distinto. Seguridades y dudas, alegrías y temores. Quiero enseñarte mis pasados, presentes, y futuros que están recogidos en la cajita de mi memoria, son todos mis tesoros. No soy diferente a ti y solo puedo mostrarte sin engaños lo que soy.
La realidad sigue marcando el camino, pero no estás solo, son muchos los que te acompañan. La luz, tu luz, brilla en el firmamento y no se extingue, ilumina tu vida y traza su recorrido en el cielo para que tus meteoros se muestren en todo su esplendor. Guárdalos en tu retina y mira hacia arriba, en la oscuridad, hacia el infinito pues ahí siempre los verás.
La búsqueda de tus estrellas no debe tener fin, y el combustible que te impulsa debe contener una mezcla de ilusión, optimismo, felicidad y fantasía, y llegarás lejos, muy lejos, nada te detendrá hasta tu destino final, solo has cambiado de rumbo, detenido el tiempo e iniciado otra ruta.
Muestra tu interior, no dudes, no corres peligro; enseña tu corazón a los tuyos, no tengas miedo y comparte tus destellos. Inicias una nueva vida, un nuevo tiempo, y hay que detenerse, parar los motores y revisar el equipo, y ajustarlo todo pues debes continuar, y que no se te olvide disfrutar y mostrar lo positivo que tiene tu fin de semana en el que vives, ilumina tu rostro y sonríe, siempre sonríe. El viaje debe seguir y tus meteoros brillar en el cielo.